El Festival Internacional de Fotografía de Porto Alegre (FestFoto 2023) comienza mañana en la Fundación Iberê (Av. Padre Cacique, 2000 - Cristal, Porto Alegre), con 200 obras de artistas brasileños y extranjeros. Creado en 2007, el festival busca reunir el diálogo entre los fotógrafos y el público con preguntas sobre el medio ambiente, la memoria, la vida cotidiana y otros temas actuales. En la apertura, a partir de las 14h, la entrada es gratuita. La exposición continúa hasta el 20 de agosto; el resto de días con entrada a través de entradas.
La exposición de este año tiene tres núcleos. La parte de artistas invitados cuenta con obras de Flávio Edreira, José Diniz y Luciana Britto, que ocupan salas en el tercer piso. Flávio trae fotos documentales enfocadas en recuerdos y detalles cotidianos. “Pau-Brasil” es la exposición de José, que ya está en su séptimo año de asociación con FestFoto; y Luciana presenta una fotoperformance.
El “Fotograma Libre”, ubicado en el hall de entrada, reúne obras seleccionadas por una convocatoria internacional. Los 10 finalistas se dividen entre las categorías de ensayo y video/multimedia. El ganador de cada grupo recibe un pasaporte gratuito para una lectura de carpetas organizada por un panel internacional después de la exposición. El mejor portafolio tendrá sus obras adquiridas por el Museo de Fotografía de Fortaleza.
Por último, la exposición “Sin Filtro”, distribuida por los pisos, muestra trabajos desarrollados en el Ateliê FestFoto, la incubadora del proyecto. Cualquier persona interesada puede participar en un año de tutoría y seguimiento para desarrollar un proyecto fotográfico colectivo que se presentará en la próxima edición del festival.
Sinara Sandri, periodista y coordinadora de FestFoto desde su creación, explica que, además de ofrecer un espacio para que los artistas produzcan, el festival también pretende facilitar el acceso del público a este tipo de medios. “La fotografía es una cosa muy popular y Porto Alegre tiene un público enorme, tenemos visitas muy expresivas”.
Las obras escogidas suelen tratar temas relevantes y urgentes para la sociedad. Entre los destaques de la convocatoria de este año está la exposición “Retratos de la tragedia”, de Ricardo Ravanello. El fotógrafo pasó casi dos años produciendo un ensayo con familiares y sobrevivientes del incendio del club nocturno Kiss, en enero de 2013, en Santa María.
Ravanello desarrolló una técnica única a partir del uso de colodión húmedo, una sustancia química que llegó a usarse en fotografías en la década de 1850, y la exposición prolongada de la cámara. Uno de los efectos es dejar la foto con un aspecto “envejecido”. Los contornos de la imagen se “deterioran” de alguna manera por el proceso, como si la foto se hubiera derretido o quemado. Esto se mezcla con las marcas de quemaduras en la piel de los sobrevivientes, confundiendo al público sobre qué es el cuerpo y qué es la química.
Debido a que es un proceso antiguo y complejo, el tiempo requerido para capturar cada foto es mucho más largo que las alternativas digitales, llegando en ocasiones a casi 1 hora. “El proceso de fotografiar se trata mucho más de crear una relación con las personas que de capturar una imagen”, define. Ravanello explica que le pide a la modelo que siga la revelación con él. “Mi deseo inicial era tratar de producir algún tipo de experiencia positiva. Está ese momento de catarsis en el laboratorio cuando estás allí con la luz roja y la imagen comienza a aparecer. Siempre es muy emocionante".
Sinara relaciona la importancia del festival precisamente con su papel de cuestionar la forma en que vemos el mundo. “En cada festival aprovechamos para decir que si la gente va y vuelve con ganas de hacer fotos, de mirar las cosas cotidianas de una manera más poética, nuestra misión está cumplida”, piensa el creador y comisario. “No hace falta estar en la luna para ver algo que es hermoso, que despierta sensibilidad y es un canal de expresión. La vida cotidiana en sí misma puede ser eso”.