Bogotá acoge la exposición de la artista Juliana Ríos: un viaje por las tradiciones de La Guajira
La pintura es la forma en la que Ríos cuenta historias del Caribe. La exposición está disponible en Torres Atrio
En Villanueva, el tiempo anda a ritmo pausado, guiado por el suave vaivén de la vida rural y los colores vibrantes del paisaje. Situado entre la Serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta, este pueblo se encuentra al sur del departamento de La Guajira. Allí, la naturaleza marca el compás de la vida: eso es lo que la artista plástica Juliana Ríos le ha querido contar al mundo.
Identidad, tradición, naturaleza y humanidad son elementos que se reúnen en la exposición Encuentros y nuevos caminos, de Ríos. La selección de piezas recopila más de una década de carrera de la artista colombiana. Las tres series (Paisajes conocidos, lugares lejanos, La Cosecha y Peregrinaciones) invitan a comprender la cotidianidad, desde la resiliencia y la esperanza, de un municipio que representa al Caribe y al país.
El espacio recibe a los espectadores con plantas de plátano dispersas por el suelo: un símbolo para cambiar la connotación negativa de cuando se dice que ‘el país es un platanal’. Estará disponible al público en la sala de LT Projects de León Tovar Gallery, en las Torres Atrio en Bogotá, hasta el 15 de junio.
Quienes deseen explorar más de Ríos, pueden hacerlo en la exposición temporal del Museo Santa Clara (en el Centro Histórico) que va hasta este mes. La Promesa recrea la procesión de la Virgen de los Remedios en Riohacha. Esa muestra aborda temas como la devoción religiosa, la conexión con la Madre Tierra, la empatía y problemas sociales como los embarazos adolescentes.
“En 2018, en la sección de Artecámara de ArtBo, vi una serie de 152 paisajes, maravillosamente realizados en acuarela, una técnica que no permite errores. Es duro el machismo que cargamos: en ese momento pensé que el autor era un hombre, de esos rancios. Luego, me di cuenta de que las tonalidades de los cielos cambiaban, y descubrí que era una pintora de excelente calidad y gran sensibilidad. Compramos toda su colección. Ella no lo podía creer, porque había tocado muchas puertas”, cuenta León Tovar.
Así fue el primer encuentro de Juliana Ríos con León Tovar Gallery, uno de los referentes más importantes del arte latinoamericano a en el mundo, y cuya galería se ubica en Nueva York. Siete años después, Ríos presenta su historia en un espacio dedicado a promover el arte nacional, tras haber llevado su propuesta por el mundo. De hecho, el año pasado participó en la Bienal de Bregaglia. En entrevista con EL TIEMPO, la artista revela los detalles de su trabajo, que, según Tovar, “suena a un vallenato de guitarras”.
¿Por qué escoge Villanueva como el epicentro de sus obras?
En este momento, Villanueva es mi lugar en el mundo. La casa donde está mi taller era la casa de mis bisabuelos, y yo la restauré en 2019. Allí puedo ver las particularidades del paisaje. El color, por ejemplo, cambia dependiendo del lugar en el que estés y las condiciones atmosféricas. Eso lo viví cuando realicé dos viajes, uno desde la Alta Guajira hasta Mompox; y otro desde Alaska hasta Punta Gallinas, que lo obtuve gracias a una beca (el resultado de estas obras fue expuesto en Artecámara de ArtBo).
Uno cree que el paisaje es estático, pero el cielo y los colores cambian todo el tiempo. Por ejemplo, en un lugar como Villanueva, el color es muy especial porque está al lado de la serranía y La Guajira representa ese contraste del país: un terreno árido y a la vez uno lleno de plantas y frutos. Todo eso está relacionado con mi trabajo. En Villanueva, además de acercarme a mis orígenes (porque mi mamá es de allá) veo los colores del Caribe, los colores de La Guajira.
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