En la intersección del arte y la tecnología, un pionero desafió los límites de la creatividad décadas antes de que la inteligencia artificial se convirtiera en un titular común en la actualidad. Harold Cohen, reconocido pintor abstracto británico, dejó su huella no solo en los lienzos, sino también en los circuitos electrónicos, al crear la primera inteligencia artificial del mundo del arte. Ahora, una nueva exposición en el Museo Whitney de Arte Americano de Nueva York, “Harold Cohen: Aaron”, profundiza en el fascinante legado de este visionario.
A finales de la década de 1960, Cohen, mientras enseñaba arte en la Universidad de California, San Diego, sintió inquietud creativa y la necesidad de explorar nuevas fronteras. Su mente inquisitiva lo llevó a abandonar las pinturas y lienzos tradicionales en favor de las computadoras, buscando nuevas formas de expresión artística. Así nació Aaron, un programa revolucionario que marcaría un nuevo capítulo en la historia del arte.
En 1974, Cohen presentó al mundo el fruto de su trabajo: Aarón, llamado así en honor al hermano de Moisés y figura central del Éxodo bíblico. Este software de inteligencia artificial, pionero en su campo, ha allanado el camino para una nueva forma de crear arte, desafiando las nociones convencionales de autoría y creatividad. En lugar de depender de una base de datos de imágenes como la IA moderna, Aaron está diseñado para aprender y crear desde cero, imitando la toma de decisiones humana.
Hasta junio de 2024, el Museo Whitney de Arte Americano ofrece a los visitantes una experiencia única e inmersiva en el arte generado por computadora. La exposición “Harold Cohen: Aaron” va más allá de las exhibiciones tradicionales y permite a los espectadores presenciar el proceso creativo del software en tiempo real. Cohen ha dotado a Aaron de una gran cantidad de conocimientos, desde principios básicos de física hasta técnicas fundamentales de dibujo, lo que le permite al software realizar tareas complejas y tomar decisiones artísticas de forma autónoma.
El Whitney presenta dos versiones del software de Cohen, cada una acompañada de las obras que generó. La versión de 2001, conocida como Aaron KCAT, impresiona por sus representaciones de figuras y plantas, proyectadas a escala monumental en la pared del museo. Mientras tanto, la versión de 2007 transporta a los espectadores al exuberante mundo de las selvas, demostrando la versatilidad y la continua evolución del arte generado por computadora.
Al celebrar el trabajo visionario de Harold Cohen, el Whitney destaca la importancia de la experimentación y la colaboración entre el arte y la tecnología. La exposición no sólo rinde homenaje a uno de los pioneros del arte generado por ordenador, sino que también invita al público a reflexionar sobre los límites de la creatividad y la inteligencia artificial. Si bien el legado de Cohen sigue vivo a través de las obras de Aaron, su influencia continúa inspirando a una nueva generación de artistas e investigadores en busca de nuevas formas de expresión.
La exposición “Harold Cohen: Aaron” en el Museo Whitney de Arte Americano ofrece un viaje fascinante a través de la intersección del arte y la tecnología, revelando el impacto duradero de un visionario que desafió los límites de la creatividad. Mientras la inteligencia artificial continúa dando forma a nuestro mundo, el legado de Harold Cohen sigue siendo un poderoso recordatorio del poder de la innovación y la imaginación humana.