Una mirada a ARCOmadrid 2024

Una mirada a ARCOmadrid 2024

Entre azules: una mirada a ARCOmadrid 2024

En la apenas cerrada edición de ARCOmadrid 2024 se encontraban obras de distintas latitudes geográficas y formatos, reflexionando sobre temáticas como la descolonización del arte, el patrimonio cultural y la violencia institucional y de género.
Expuesto en el espacio diseñado por Ignacio G. Galán, Arantza Ozaeta y Álvaro Martín Fidalgo en ARCOmadrid 2024, que bajo la renovada dirección de la brillante Maribel López ha dedicado su 43ª edición al Caribe con el enfoque la orilla, la marea, la corriente: un Caribe oceánico (a cargo de las curadoras Carla Acevedo-Yates y Sara Hermann), el helado azul hecho con agua del mar del Caribe (Helado de agua del mar Caribe, 2002-2024) –«acción comestible» participativa del artista multidisciplinario Quisqueya Henríquez (de origen cubano, vive y trabaja en la República Dominicana)– tiene las mismas tonalidades de los destellos que iluminan Untitled (2019) de la italiana Elisa Montessori (Génova, 1931). La larga obra ocupa una pared entera del stand de la galería Monitor Roma, Lisboa, Pereto (AQ), con su paisaje abstracto flotante de gran intensidad poética, como también lo es la obra L’Erbario que Montessori realizó en 1978, entre las adquisiciones en ARCOmadrid 2024 del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid. Dos artistas pertenecientes a generaciones diferentes: ambas obras, por cierto, ya han sido expuestas en otros contextos, la primera en 2021 en el Malba-Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires y la segunda en la exposición personal La camera bianca (2020) en la Fondazione Giuliani de Roma.

Había numerosas referencias al color azul, detectables en muchas otras obras de arte contemporáneo entre las cientos en venta en los pabellones 7 y 9 del recinto ferial de IFEMA Madrid, que organizaba el evento: estaban los módulos de acero inoxidable y otros materiales en Cirrocumulus Uncinus Fluctus/M+I de Tomás Saraceno (neugerriemschneider, Berlín) y era azul la pared que acogía la instalación textual Around the world de Lawrence Weiner (Cristina Guerra Contemporary Art, Lisboa), así como los cielos de la serie Paisajes pintados al óleo por Daniela Ortiz (àngels barcelona, Barcelona) que representaban temas relacionados con el racismo, el patriarcado y la inmigración, citando también a la activista Lolita Lebrón (1919-2010), figura carismática de la escena política puertorriqueña.

Con la presencia de 205 galerías de 36 países, ARCOmadrid se ha consolidado, una edición más, como plataforma de referencia en Europa para el arte de Centro y Latinoamérica, con un total de 38 galerías, especialmente de Argentina, Brasil y México, y la organización de una segunda sección titulada Nunca lo mismo. Arte latinoamericano, comisariada por Manuela Moscoso y José Esparza Chong Cuy, donde se destaca la relación con la tradición y el patrimonio cultural.

La peruana Violeta Quispe Yupari (Vigil Gonzales, Buenos Aires y Cusco), hija de Gaudencia Yupari y Juan Walberto Quispe, dos artistas originarios de la comunidad campesina de Sarhua, en la región andina de Ayacucho, recuperaba la tradición de la pintura sobre madera (Tablas de Sarhua), utilizando colores particularmente vibrantes para dar voz a las injusticias y violencias de género, afirmándose así el poder del arte como manifiesto socio-político contra las injusticias. En una óptica similar se situaba el trabajo de Daiara Tukano (Richard Saltoun Gallery, Londres y Roma), artista y activista indígena brasileña que explora de manera visionaria la mitología y la espiritualidad de la comunidad Tukano, a la que pertenece, y su profundo vínculo con la naturaleza.