120 obras de arte colombiano e iberoamericano, entre moderno y contemporáneo, harán parte de la nueva subasta de Bogotá Auctions el próximo jueves 30 de mayo.
120 obras de arte colombiano e iberoamericano, entre moderno y contemporáneo, harán parte de la nueva subasta de Bogotá Auctions, casa de subastas que se encuentra celebrando sus diez años de labores.
La subasta se realizará el próximo jueves 30 de mayo, con piezas que se pueden conocer, sin costo, en las instalaciones de la casa de subasta (Calle 70 # 10 A – 59) y en https://www.bogotaauctions.com/es.
El catálogo retoma el formato tradicional de las subastas: una selección de piezas basadas en un alto nivel de calidad y en criterios histórico-artísticos. En esta oportunidad, el conjunto se destaca por la presencia de un elevado número de piezas de gran valor histórico, pertenecientes a diferentes épocas.
Obras de Fernando Botero, Beatriz González, Alejandro Obregón, Pablo Picasso, Luis Caballero, Joan Miró, Maripaz Jaramillo, Antonio Caro, Ana Mercedes Hoyos, Édgar Negret, Juan Antonio Roda, Nadín Ospina, Leo Matiz, Omar Rayo e Ignacio Gómez Jaramillo, Pedro Alcántara Herrán, Ricardo Gómez Campuzano, Leopoldo Richter, Freda Sargent, Bernardo Salcedo, Hugo Zapata, entre otros grandes de la plástica.
De acuerdo con Alessandro Armato, experto director del Departamento de Arte de Bogotá Auctions, “la sección de paisaje, género por medio del cual el arte moderno entró a Colombia, incluye piezas de diferentes épocas y estilos: desde el paisajismo más tradicional de artistas como Jesús María Zamora y Ricardo Gómez Campuzano, hasta los sofisticados paisajes ‘modernistas’ de Marco Ospina y Antonio Barrera”.
Sostuvo que “la generación de artistas nacionalistas activos en la primera mitad del siglo pasado está representada por una preciosa acuarela de resonancias cezannianas de Carlos Correa, fechable entre 1940 y 1950, dos trabajos de Pedro Nel Gómez (una canasta de mangos y un gran lienzo de tema autóctono) y tres trabajos, dos de sujeto popular y uno neoprehispánico, de Luis Alberto Acuña”.
“Al arte de talante nacionalista, se pueden asociar también un suntuoso desnudo femenino sobre un fondo de paisaje de Ignacio Gómez Jaramillo y el sintético ‘Pensador’ de Jorge Elías Triana”, argumentó.
Entre la generación de los grandes maestros del modernismo colombiano se destaca el ‘Cristo atado’ de Enrique Grau, una importante obra del periodo formativo del artista. De esta pieza, Alejandro Obregón dijo que tiene “un vigor extraordinario” y que es “un cuadro noble por su directa interpretación y por la plasticidad de sus valores”.
Muy rara en el mercado y de encantadora belleza es luego una mujer afroamericana pintada al óleo por Guillermo Wiedemann en 1955. Por elegancia de la línea y valores constructivos y pictóricos, la pieza refleja los mejores resultados alcanzados por el artista alemán en su original interpretación plástica del trópico colombiano.
Charlotte Pieri, directora general de Bogotá Auctions destacó “un estudio de Fernando Botero titulado ‘Homenaje a Mantegna’, que debe ser puesto en relación con la homónima tela, hoy perdida, con la cual el artista en 1958 ganó el X Salón Nacional de Artistas”.
“La sección incluye también una icónica cabeza sobre papel de Enrique Grau de 1960 y un impactante acrílico sobre tabla de Alejandro Obregón que en pocos centímetros cuadrados concentra todo el dinamismo, el encendido lirismo del color y la sapiencia compositiva que caracteriza a la pintura de este artista”, detalló.
“A este grupo de trabajos —explicó— podemos asociar también un gran lienzo abstraccionista de los años setenta del artista peruano Fernando de Szyszlo, quien, junto con Alejandro Obregón y contados otros artistas, fue uno de los grandes renovadores de la plástica latinoamericana tras la Segunda guerra mundial”.
La notable generación de maestros que surgió hacia la mitad de los años 70 alrededor del Museo de Arte Moderno de Bogotá, entonces dirigido por Marta Traba, está representada por algunas piezas de absoluto valor.
“Sobresale ‘Encajera-ave’ de Beatriz González, la obra con el precio de salida más alto de toda la subasta ($250 millones). Realizada en 1964 y exhibida ese mismo año en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, esta pintura abstractizante de grandes dimensiones (100 x 70 cm) se inspira en un trabajo de Vermeer y atestigua de un período en el cual la artista estudiaba cómo apropiarse, de forma personal, de obras de grandes maestros del pasado”, indicó Armato.
Lea mas