Frida debutó en la Biennale, ¿y le piden que regrese a su país?
El director artístico, el brasileño Adriano Pedrosa, incluyó por primera numerosos artistas del Sur Global, ente ellos la mexicana, en la muestra central.
Las reacciones fueron dispares.
Con la primavera declarada abrió al público la 60° Bienal Internacional de Arte de Venecia. El evento más esperado del circuito internacional congrega gran cantidad de público en gran medida porque muchos países exponen allí y expresan a través de sus pabellones nacionales el interés por el arte que hoy se produce. Pero la exposición central que cada dos años tiene un curador designado y por lo general un título poético que bajo su paraguas acoge a casi todo, esta oportunidad lo tiene a Adriano Pedrosa, el director del Museo de Arte de San Pablo (MASP), quien eligió un título descriptivo, aunque no menos complejo y ávido de lecturas múltiples. Stranieri Ovunque–Foreigners Everywhere (en español, Extranjeros en todas partes), que los visitantes pueden encontrar hasta noviembre por diferentes zonas del predio en letras de neón, incluso en la lengua de una comunidad indígena. Así se desplegó ante el público de la Biennale una pluralidad poco frecuente que, de acuerdo a las críticas publicadas en medios internacionales, provocó reacciones diversas.
Como explicó el brasileño Pedrosa en su conferencia de prensa y en entrevistas, su misión en esta bienal es la de mostrar una polifonía de artistas del Sur Global que nunca habían llegado al encuentro, y pueden presentar otras narrativas, otros panoramas. Él mismo es el primer latinoamericano nombrado director artístico de esta sección en una bienal que se realiza desde 1895. El segundo del Sur Global (el nigeriano Okwui Enwezor lo fue antes) pero el único que vive y trabaja en esta parte del mundo. Haciendo cuentas, el encuentro de arte más antiguo del mundo tuvo otros dos curadores Ralph Rugoff y Robert Storr, ambos estadounidenses, en este lugar. El resto de la historia fueron todos europeos. De allí se explican algunas de las reacciones.
Más interesado en la historia social que en la historia del arte, Pedrosa explicó en detalle la amplitud del concepto de extranjero, que incluye al Sur Global, las migraciones, pero también a lo queer (stranho o extraño es uno de los significados de queer), los artistas autodidactas o populares, los outsiders y los indígenas, a quienes muchas veces se trata como a un extranjero en su propia tierra. Por supuesto que las modas académicas, de las cosmovisiones originarias a la descolonización, los enfoques relativistas se hacen presentes con sus riesgos de apropiación y simplificaciones. Pedrosa advierte: “No estamos tratando de escribir la historia definitiva y global, son especulaciones”.