Gran parte de las obras del artista, que renovó el muralismo latinoamericano y se ganó la admiración del mexicano Diego Rivera, fueron destruidas durante la dictadura. Ahora, una fundación adquirió una colección que se encontraba en poder de la familia
El legado del artista plástico Miguel Alandia Pantoja, uno de los grandes muralistas de Latinoamérica en el siglo pasado, ya tiene residencia permanente en su natal Bolivia después de que la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB) adquiriera la colección de más de un centenar de obras suyas.
La colección, conformada por 157 obras de caballete “inéditas”, 14 bocetos originales de murales, además de recortes de periódico y afiches, ha quedado en custodia del Museo Nacional de Arte (MNA), dependiente de la FC-BCB, explicó la directora de ese repositorio, Claribel Arandia.
“Estudiar a Alandia Pantoja no es sólo estudiar la estética del momento, o la historia del momento, es pensar y reconcebir también lo que le puede pasar al futuro del país. Es no repetir las malas historias, es construir nuevas historias”, comentó.
Ahí radica la importancia para el MNA “de que jóvenes y niños puedan apreciar esta historia contada en los maravillosos lienzos de colección” del artista, agregó.
Miguel Alandia Pantoja nació en 1914 en el pueblo minero de Catavi, en la región andina de Potosí. Pintor autodidacta, Alandia dejó plasmadas en Chile, Perú y Bolivia obras que representan sus mensajes revolucionarios y fue el único artista de la región que expuso sus obras en el Palacio de Bellas Artes de México, por invitación del Gobierno mexicano y del artista Diego Rivera.
Lea mas