El "samurái" de la pintura que conectó Oriente y Occidente

El "samurái" de la pintura que conectó Oriente y Occidente

El artista japonés, naturalizado brasileño, fue uno de los pioneros del arte abstracto en el país carioca. A 100 años de su nacimiento, este creador capaz de unir dos mundos culturales sigue siendo una referencia.

Hoy, 14 de septiembre, hubiera cumplido 100 años Manabu Mabe, un artista que se podría identificar como un “revolucionario” en el arte latinoamericano, gracias a su particular estilo abstracto. Nacido en Japón pero radicado en Brasil desde joven, Mabe se convirtió en un referente del arte moderno, creador de una especie de “puente” entre las culturas de Oriente y Occidente.
Su obra es, de hecho, una mezcla de colores y formas que manifiestan la unión entre ambas tradiciones milenarias. En este sentido, hay un artículo de la revista Fahrenheit Magazine que señala que en Brasil es mejor conocido como “el samurái de la pintura” debido a que “realizaba impactantes obras abstractas que se caracterizaban por contar con colores brillantes y grandes dimensiones”.

La vida de Manabu Mabe es un eco de su arte: reúne el rigor y la delicadeza del arte japonés y la libertad y espontaneidad que encontró en Brasil. A los 10 años, su familia se trasladó a la zona rural de São Paulo, donde halló la pintura. En sus primeras obras, aún se percibía una influencia del arte oriental, pero fue en Brasil donde encontró su estilo: la abstracción lírica, que lo llevó a la fama internacional.
El año 1959 fue decisivo para Mabe, como relató la revista Time. Uno de los hitos fue su participación en la V Bienal de São Paulo de ese año donde su obra fue galardonada con el primer premio. Este logro consolidó a Mabe como un referente en el arte abstracto, y le abrió las puertas a exposiciones en Nueva York, Tokio y París. Desde ese momento, su carrera tomó un impulso global.
Walter Jey, en un texto de 1960, indica que “desde 1953, cuando abandonó la pintura figurativa, Mube venía investigando y haciendo tentativas para madurar su arte, para decir con profundidad su mensaje. Toda su obra es un permanente diálogo entre la finura y la delicadeza oriental, con la fuerza telúrica del trópico brasileño”.
“Manabu Mabe -agrega Jey- llegó a la abstracción a través de un grafismo negro colocado con gran fuerza y sin titubeos en un fondo de colores vivos, grandemente trabajados no solamente en la superposición de colores, sino también por el procedimiento de raspar o lijar hasta conseguir calidades sorprendentes”.

Honrar los orígenes

A lo largo de su vida, Manabu Mabe mantuvo una contacto permanente con su herencia de Japón. En sus obras se puede apreciar la influencia de la caligrafía tradicional de ese país, especialmente en su manejo de las pinceladas y el uso del espacio vacío. Sin embargo, la naturaleza tropical de Brasil también jugó un papel crucial en la definición de su paleta de colores, que llenan de vida sus trabajos.
Un texto contenido en la página web de Galería Caribé, un espacio especializado en arte moderno y contemporáneo, señala que “el abstraccionismo lírico de Mabe es una constante en su trabajo. La mezcla de influencias entre Oriente y Occidente es visible en sus composiciones. Las obras reflejan la evolución de un artista que demuestra por qué es considerado un maestro. La preocupación por la concepción y el producto final es siempre una marca de Mabe. Nada debe faltar en sus obras, cada una debe tener vida”.
Según el sitio EcuRed, “sus lienzos en los que conviven los goteos propios del informalismo y del expresionismo abstracto, junto con grandes áreas de color uniforme, llevan títulos que hacen referencia a estados anímicos”. Aunque falleció en 1997, la obra de Manabu Mabe sigue presente en las colecciones de museos importantes de todo el mundo, como el Museo de Arte Moderno de São Paulo y el Museo de Arte Contemporáneo de Tokio.

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