Gabriel Rico y su inspiración que baila entre héroes y tumbas

Gabriel Rico y su inspiración que baila entre héroes y tumbas

La obra de Gabriel Rico es la materialización de las preguntas filosóficas que invadieron siempre al artista mexicano, y que tienen que ver con el ser humano frente a la naturaleza: con su capacidad de crear y destruir.

El taller de Gabriel Rico en la colonia Morelos, una zona industrial y popular de Guadalajara, se caracteriza por el orden. Es lo que le permite almacenar y encontrar fácilmente la enorme cantidad de objetos con los que trabaja. Sus vecinos son los carpinteros, herreros y pintores con los que colabora en sus proyectos: han formado una comunidad en el barrio. “Vivir en Guadalajara es un statement sociocultural: se me hace ridículo que tengas que vivir en las grandes capitales para ser un artista con proyección internacional”, expresó Rico.


En su taller tiene muchas piezas terminadas con formas redondas y ovaladas, trabajadas con artesanos huicholes. Para Rico, la forma circular representa la capacidad del ser humano para crear.Ram Martínez / Luis Álvarez.

El enfoque de Gabriel Rico
Gabriel Rico ha sido descrito como un escultor y artista de la instalación “postsurrealista y de Arte Povera”, cuyo foco está en “la intersección de la ciencia y la filosofía”. A Gabriel Rico (Lagos de Moreno, Jalisco, 1980) no le parecen definiciones lejanas, pero no le interesa fijar lo que hace dentro de una corriente: “veo el arte como una posibilidad para hacer filosofía utilizando la materia”, explicó.

Para la edición dedicada al arte, AD México y Latinoamérica colaboró con Gabriel Rico para crear una portada que incluye realidad aumentada. Fotografía de Ram Martínez / Realidad aumentada de GMArt New Media.

Sus piezas son un juego de equilibrio entre objetos y materiales de origen natural o manufacturado que han sido encontrados, recopilados o que pertenecen a su pasado. Ramas, cerámica, luces de neón, latón y taxidermia son algunos de los componentes de sus esculturas e instalaciones. “Crea entornos que revelan las complejidades de la condición humana actual”, escribió el curador Julio César Morales (excomisario del ASU Art Museum en Arizona), quien destacó el humor y la ironía en esta “yuxtaposición de diversas formas de vida”.

Un cambio radical
Su decisión de incorporar la taxidermia en su trabajo lo cambió significativamente, y agregó contemplaciones a su proceso. “Presencié el alcance que la obra obtuvo a partir de incluir a un animal en la composición. Desde ese momento, comencé a desarrollar un discurso sustentable que aborda la problemática entre el ser humano y la naturaleza”. Para el artista, la tensión que se genera entre el animal disecado y los objetos con los que interactúa está en la suposición de que el encuentro está sucediendo realmente. Como si lo que alguna vez fue un ser volviera a la vida por esos segundos en los que el espectador demora en decodificar la escena. “Es una reflexión sobre el encuentro de dos mundos, lo cual me entistece, porque el ser humano es parte de la naturaleza, solo que en algún momento del siglo pasado lo olvidó”, aseguró Rico.

Recientemente, Gabriel viajó a Dallas para realizar una residencia en la flamante August Owen Foundation. Parte del programa implicó una charla en el Nasher Sculpture Center entre el artista y Jed Morse, curador en jefe de la institución que posee, desde el 2021, una pieza de Rico en su colección.Ram Martínez / Luis Álvarez.
Arte y vida silvestre
El origen de los animales disecados que usa es parte importante de su discurso. Muchas de las pieles han estado guardadas en los congeladores de taxidermistas: “pieles olvidadas y recuperadas, que de otra manera probablemente terminarían en la basura”, precisó Gabriel Rico.

También trabaja con Unidades de Manejo para la Conservación de la Vida Silvestre: “son predios registrados donde los animales se crían con el fin de ofrecer un servicio a cazadores o empresas que buscan sus pieles; son granjas que se dedican a criar a estos animales de forma consciente, en mucho mejores condiciones que las granjas de pollos, vacas y cerdos”.

Rico está trabajando uno de sus esqueletos (en materiales como cerámica y espuma de poliuretano), al cual le incrusta conchas, cristales y chaquiras, simulando la apariencia del cáncer en los huesos.Ram Martínez / Luis Álvarez.
El compromiso con la conservación
Además, puede incorporar algún animal disecado que encuentra en un mercado o bazar, intentando averiguar su procedencia. Es importante para Gabriel Rico realizar donaciones anuales a varias asociaciones dedicadas a la conservación (del águila real y el jaguar en la selva alrededor de Guadalajara, por ejemplo) y la reforestación de bosques en México. Sin eso, siente que su postura no estaría completa.

“Creo en la materia como medio para poder expresar mi espíritu”, finalizó Gabriel Rico. “Me gusta ser parte del mundo material porque a través de este puedo percibir el mundo espiritual”.

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