Entrevista imaginaria con Ángel Boligán

Entrevista imaginaria con Ángel Boligán Caricaturista, ilustrador y poeta del silencio visual

Pregunta: Señor Boligán, sus obras combinan humor negro con poesía visual. ¿De dónde surge esa mirada? Boligán: De un lugar entre el dolor y la risa. En este mundo, a veces sólo la ironía puede decir la verdad. Yo dibujo las heridas luminosas de la sociedad con tinta negra. El humor, para mí, es un grito suave.

Pregunta: El espacio negativo y el silencio son elementos esenciales en su arte. ¿Por qué? Boligán: El vacío habla más fuerte que muchas palabras. Cuando no dibujo algo, lo digo aún más. En el arte, lo no dicho puede tocar el alma con más fuerza. Escribo con el silencio y la blancura del papel.

Pregunta: ¿Cómo ha cambiado ser caricaturista en la era de las redes sociales? Boligán: Es más difícil. El silencio casi no se oye. En un mundo lleno de gritos, la caricatura debe ser un susurro inteligente. Pero una buena imagen aún tiene poder. Una buena caricatura corta como cuchillo, incluso entre miles.

Pregunta: Muchos de sus trabajos abordan temas universales como la soledad, la migración o la libertad. ¿Por qué estos temas? Boligán: Porque las fronteras están en los mapas, no en los corazones. Soledad, dolor, libertad… son lenguajes comunes. Yo dibujo lo humano, sin banderas ni ideologías.

Pregunta: ¿Ha habido alguna caricatura que haya sido especialmente difícil o personal para usted? Boligán: Muchas. Especialmente cuando hablo de violencia infantil o migrantes. Duele dibujar eso. Pero hay que hacerlo. El silencio ante la injusticia es la peor forma de complicidad.

Pregunta: Si un día no pudiera dibujar más, ¿qué lo haría sentir completo? Boligán: Tal vez un jardín pequeño, el silencio, y un pájaro cantando entre los árboles. Pero, sinceramente, dibujar es respirar. Si no dibujo, no existo del todo.