Milko Dalla Battista

By LatAm ARTE

“En definitiva, nací en Turín el 12 de abril de 1963 y fue un “Viernes Santo". Bueno, hay quienes van y quienes vienen... En cualquier caso, mi madre afirma que "entré en el mundo con el lápiz en la mano" y había que moderarlo teniendo en cuenta el considerable número de puntos que subsanaba. Mi primera experiencia de vida dura fue en primer grado, durante uno de los pocos momentos en los que no estaba trabajando como aspirante a dibujante. Me topé con la espalda de una monja mientras me perseguía una compañera de colegio a la que sabía qué broma le había jugado: tabique nasal fracturado. Hay que tener cuidado donde pones la nariz. Vendí mis primeros dibujos a un profesor de historia del arte que redondeaba su sueldo vendiendo enciclopedias. Dudo que hubiera una razón. Sin embargo, yo tenía cuatro años y devoraba los cómics de Disney y los dibujos animados de Warner, Hanna y Barbera; de hecho estaba ganando peso visiblemente. Los años escolares, desde la primaria hasta la secundaria, transcurrieron entre el deporte y los "zibaldoni", es decir, toneladas de papel entintado con caricaturas, cómics, caricaturas de compañeros y profesores, (debo decir que algunos de estos últimos no apreciaron mi talento). En el gimnasio tocaba el órgano en la capilla del colegio y un día propuse la danza de las espadas. Esto no agradó al sacerdote dominico. Fue el final de mi carrera como organista de iglesia pero también el comienzo de la de un músico rebelde: pelo largo y micrófono en mano como líder de algunas conocidas bandas italianas de Heavy Metal. Llegó el año 1986, ya me dedicaba un tiempo a la gráfica, cuando empezó mi etapa de Servicio Civil. Uno de los papás de todos los patológicos de la caricatura, el gran Giorgio Cavallo, dados mis garabatos, llevaba años presionando para intentarlo con humor y así lo intenté y, de hecho, con mi prima Lella había acertado. Pero ya sabes, no todos los días son domingo. Algunas viñetas para la revista del Departamento de Juventud de mi ciudad y luego, en el año 1989, "Humor Negro" de Turín: mi primer concurso. Obtuve el reconocimiento y conocí a un gran Roland Topor, presidente del jurado y si yo no lo podía creer, mucho menos todos los demás. El año anterior me había infiltrado en la redacción de una escuela de periodismo de Turín. El director fue Bruno Geraci, para nosotros de la redacción de "Buongiorno Tristezza". Toneladas y aprendizajes, los años "heroicos" e ingenuos de "imagen literaria", las primeras colaboraciones con semanarios locales y dos años de amable rechazo de mi material por parte de "Tango" y "Satyricon", inserciones satíricas respectivamente de "l'Unità" y" la Repubblica ". Agradezco a ambos editores por la infinita paciencia y gracia al expresar su opinión sobre lo enviado (yo hubiera sido mucho menos amable). El correo italiano en cambio me agradece por la enorme cantidad de "inútiles de bolsa" Entonces, de repente, como sólo un karma burlón puede explicar, llegó a mi vida un personaje fundamental del mundo del humor, el maestro Dino Aloi. Y a partir de ese momento con Dino comencé a colaborar y compartir una amistad profunda. Con el tiempo, surgieron oportunidades de colaboración con revistas locales como "Il Risveglio", "Il Canavese", "La Gazzetta d'Alba" y "La Riviera" y más tarde con revistas como "Nuova Società", "Energeo" y " Essecome", periódicos de humor como "Yawn" y como el reciente "Buduàr", publicados online. En 2006 dejé mi ciudad natal para trasladarme a Liguria, donde alterno el lápiz con la azada, con poca satisfacción de mis vértebras traseras, pero con mayor calidad en el aspecto gastronómico. Sigo ocupándome de la comunicación visual tanto en el sector tradicional como en el multimedia, como ilustrador en el ámbito publicitario y obviamente con humor dibujado. Enseñar es una palabra grande, pero según algunos es lo que hago desde hace años en el sector de la formación profesional y en un instituto especializado de Turín. Espero que alguien se haya beneficiado de ello, antes de que sea demasiado pronto”.