Si alguien te pide nombrar las 10 obras de arte más famosas del mundo probablemente la mayoría de las personas responderían con piezas pertenecientes al continente europeo. Es casi inevitable dejar de referirse a París y sus artistas bohemios, al Museo de Louvre, a Florencia, a Roma y sus renacentistas encumbrados, como Leonardo o Miguel Ángel, a Picasso, a Dalí o al famoso Velázquez. Esto pasa porque durante muchos siglos Europa marcó referencia en las tendencias políticas, económicas, culturales y artísticas en el mundo occidental. Pero ¿qué hay de América Latina?, ¿podrías nombrar las 10 obras de arte más representativas de esta región del continente?
El Arte latinoamericano se ha construido desde realidades muy diferentes a las europeas, porque las circunstancias de vida de nuestro continente resultan abismalmente distintas. El arte que se construye y se propone desde América Latina se gesta en climas distintos, con condiciones de vida que nada tienen que ver con las ciudades europeas y, por supuesto, con artistas cuyas oportunidades laborales distan mucho de las que se tienen en los países del primer mundo. Por ello, la inquietud de los artistas que aquí residen se construye desde otras perspectivas, que incluyen una apropiación particular de lo visto, lo vivido, lo criticado y lo propuesto a través del arte.
La falta de apoyos económicos y la poca valoración institucional que se le da a las artes y a las humanidades en la sociedad latinoamericanas, obliga a los artistas avalarse de otros recursos que les permitan realizar su obra, sin importar si cuentan o no con el reconocimiento de alguna dependencia oficial. Esto resulta en una riqueza incalculable en el capital cultural porque da como resultado un sinfín de obras novedosas en los diversos géneros artísticos.
Hay una enorme cantidad de artistas latinoamericanos en el devenir de la historia, pero son pocos los que brillan o han brillado en el panorama internacional del arte, quizá debido a que la estética preponderante en el imaginario general aún se rige por las pautas europeas. Esto, sumado a la falta de apoyos, merma en número a los artistas de este continente que destacan a nivel mundial. Aun así, son populares nombres como Diego Rivera (México), Frida Kahlo (México), Antonio Berni (Argentina), Tarsila Do Amaral (Brasil) y Fernando Botero (Colombia). Siendo este último el artista latinoamericano vivo más cotizado en el mundo y que actualmente cuenta con exposiciones en todos los continentes.
Lamentablemente este reconocimiento internacional es un privilegio del que pocos han podido gozar, tanto en el pasado como en la actualidad. Falta mucho por conocer sobre los artistas latinoamericanos, sobre sus historias personales y profesionales, sobre sus obras, sus inquietudes y sus propuestas. Quizá nos sea más familiar el nombre de Pablo Picasso que el de Saturnino Herrán (México), el de Salvador Dalí que el de Wifredo Lam (Cuba), el de Leonardo Da Vinci que el de Xul Solar (Argentina), pero sus obras aún están presentes como testimonio de su historia, de la historia cultural de nuestro continente y la riqueza del arte latinoamericano.
La importancia del reconocimiento de nuestro arte es esencial para reivindicarlo a nivel cultural y entender mejor nuestra identidad continental. La Universidad Anáhuac de Puebla ofrece una excelente oportunidad que te permitirá adentrarte en estas temáticas. Un Diplomado de Historia del Arte Latinoamericano en el que podrás convertirte en experto sobre el tema, aún sin tener conocimientos previos. Para inscribirte puedes comunicarte a la Escuela de Educación Continua.