Aunque tiene más de 25 años viviendo lejos de Venezuela, Axel Stein, asesor del mercado del arte latinoamericano moderno y contemporáneo, no ha perdido sus raíces. Por el contrario, se mantiene muy vinculado al acontecer cultural del país. Actualmente es asesor de la Fundación Oswaldo Vigas y tiene el mérito de formar parte del equipo que sacó adelante el catálogo razonado de Oswaldo Vigas, con el historial de más de 3.000 obras que permiten respaldar la autenticidad de las piezas, además de ser un insumo esencial para cualquier investigación sobre el artista.
Otro logro histórico para las artes venezolanas fue el hallazgo de la primera versión de El niño enfermo (1887) de Arturo Michelena (el que mereció la Medalla de Oro en el Salón oficial de los artistas franceses de 1887) y La visita electoral (1886). Con una tenacidad detectivesca, siguió las pistas que dejaron Rafael Romero y Juan Ignacio Parra cuando organizaron una exposición por el centenario de la muerte de Arturo Michelena.
El ensayo donde Stein describe el proceso que sacó del olvido la obra de Michelena, está incluido en el libro Una visión. Una colección. Una mujer, editado por El Cardón, una editorial filial de su compañía Axel Stein Fine Arts (ASFA, LLC). Si bien la publicación se bautizó en Miami en 2022, la librería El Buscón y la Sala TAC aprovecharon su reciente visita a Caracas, en marzo de 2024, para presentarla.
Esta publicación muestra 39 obras de la colección de Leonor Giménez de Mendoza, y cuenta con la pluma de Luis Pérez Oramas para el artículo sobre Reverón y sus majas; Cecilia Fajardo Hill escribe sobre la presencia de la mujer en la historia del arte, Polly Sartori sobre los salones del siglo XIX, (justamente donde Arturo Michelena ganó Medalla de Oro por El niño Enfermo), Jorge Rivas Pérez comenta una serie de pintura de castas mexicana, dentro del contexto de lo que está sucediendo en Europa y América Latina con la pintura no religiosa, y Roldán Esteva Grillet se refiere a Héctor Poleo como un clásico moderno. En nuestra revista se pueden leer los ensayos de Sartori y Stein.
Su agenda en Caracas incluyó una charla en la Galería Freites sobre el mercado del arte latinoamericano, por invitación de AICA- Capítulo Venezuela; así como una visita guiada a la Universidad Central de Venezuela, a cargo del Profesor Rafael Pereira. En Margarita conoció de las cerámicas de El Cercado a través de la Fundación Serpentina, y de sus escalas turísticas atesoró sabores, como el ají picante y el cacao venezolano.
Caresse Lansberg: Nos gustaría que nos hablaras del sello editorial El Cardón. Cómo comenzó, qué proyectos vienen.
Fundé la Editorial El Cardón con la idea de honrar la memoria de mi abuelo, Enrique Bernardo Núñez (cronista de Caracas y escritor de la Generación de 1918). El Cardón era el seudónimo que él utilizaba cuando escribía en los periódicos entre los años 1930 a 1950. El Cardón se convirtió en una planta emblemática de Venezuela, porque es la que aguanta la “palamentazón” del sol y de las circunstancias. De allí su simbolismo.
El primer libro que publiqué fue la compilación de las obras narrativas de mi abuelo que son Cubagua, La galería de Tiberio, y unos cuentos, que están reunidos en un libro de más de 300 páginas ilustradas con dibujos de Adrián Pujol, fotografías de don Alfredo Boulton, con mapas, con fotografía del siglo XIX siglo XX. Esa edición estuvo supervisada por el investigador Alejandro Bruzual, quien hizo el análisis de las dos novelas, que son fundamentales de la literatura venezolana del siglo XX.
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