Pinturas rupestres patagónicas vistas por primera vez en Sudamérica
Con más de 800 pinturas diferentes, los científicos apenas comienzan a descifrar los secretos de estos registros en la Patagonia
En un descubrimiento que está redefiniendo la comprensión de la prehistoria de América del Sur, los arqueólogos han descubierto las que se consideran las pinturas rupestres más antiguas del continente. Ubicadas en la Patagonia argentina, las obras de arte prehistóricas datan de hace 8.200 años.
Según investigadores de la Universidad de Buenos Aires, el descubrimiento arroja nueva luz sobre las sociedades antiguas que alguna vez habitaron estas tierras.
Un vídeo, difundido por la agencia de noticias Reuters, muestra con gran detalle el interior de la cueva. Compruébalo aquí.
El equipo de investigación encontró las pinturas en la Cueva Huenul 1. Se trata de una cueva que ya era conocida por su riqueza arqueológica, pero que hasta entonces no había revelado secretos de tal magnitud.
Pinturas revelan el pasado de los pueblos de la Patagonia
Las pinturas, que incluyen imágenes de animales y símbolos geométricos, son un testimonio de las tradiciones y la vida cotidiana de los antiguos pueblos de la región.
“Creemos que estas imágenes, en particular, fueron parte de una respuesta resiliente de los grupos de cazadores-recolectores que ocuparon esta cueva y los ambientes desérticos del norte de la Patagonia al desafío climático de un período de sequía extrema ocurrido durante el Holoceno medio. ”, dijo a Reuters Romero Villanueva, investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina.
Lo que hace que este descubrimiento sea particularmente fascinante es la posibilidad de que estas pinturas sirvieran como medio de comunicación e información durante incontables generaciones posteriores.
El investigador sugiere que las imágenes pueden haber sido una forma de transmitir conocimientos e historias. Ayudando así a las comunidades a enfrentar las desafiantes condiciones climáticas de la Patagonia.
Este descubrimiento no sólo hace retroceder la cronología del arte rupestre en América del Sur, sino que también resalta la complejidad y sofisticación de las culturas que habitaron el continente mucho antes de la llegada de los europeos.
Con más de 800 pinturas diferentes agrupadas en la cueva, los científicos apenas están comenzando a descifrar los secretos que estos muros de piedra tienen para contar.