En la región gallega debe reconocerse como centro artístico para su escultura la catedral de Santiago de Compostela por sus antiguas portadas y su admirable Pórtico de la Gloria. Los relieves de las dos portadas del crucero (hoy en la del Sur, pues la del Norte fue destruida en el siglo xviii y rehecha en estilo renacentista) acusan influencia de la escuela de Toulouse y datan de los años 1137-1143. Pero los relieves y estatuas del famoso Pórtico debidas como toda la fábrica al inspirado maestro Mateo y terminadas en 1188 revelan un genio artístico independiente y superior a todas las escuelas de su tiempo. La obra de escultura del Pórtico se desarrolló en las tres puertas de este correspondientes a las tres naves del templo y formadas por los respectivos arcos redondos y abocinados, que insisten sobre series de columnillas románicas. Su composición artística es, en breve resumen, como sigue: debajo de las columnillas aparecen como subyugados y oprimidos diferentes monstruos que simbolizan los vicios morales. En el parteluz de la puerta central (única que lo tiene y en el cual apoya el dintel con su tímpano) se fija la estatua sedente del apóstol Santiago y a la misma altura sobre el primer cuerpo formado por el conjunto de las demás columnillas se apoyan las estatuas de todos los apóstoles y de muchos profetas, cada uno con su libro o su filactería donde se inscribió alguna sentencia alusiva al personaje. En el tímpano se ostenta la imagen de Cristo sentado en su trono quedando a sus lados los cuatro evangelistas, de aspecto juvenil y con sus atributos propios, quedando el resto del tímpano lleno de figuras de ángeles y santos. En las arquivoltas de dicho arco central se destacan veinticuatro figuras representando los misteriosos ancianos del Apocalipsis para completar la idea del cielo. Mientras que en las arquivoltas del arco lateral izquierdo otras figuras representan el limbo de los Santos Padres y en el derecho, el purgatorio y el infierno.
No es posible dar con otro monumento de aquella época donde llegan a unirse tan bella y ordenada composición, con tanta sobriedad y relativa calma de las actitudes y a la vez con una ejecución técnica tan propia y expresiva. A su imitación o por su influencia se labraron en el siglo xiii otros pórticos y portadas de iglesias, siendo el que más de cerca le sigue aunque de más acentuada forma gótica y de inferior mérito el llamado Paraíso de la catedral de Orense. También parecen de filiación compostelana las estatuas del siglo xii de la Cámara Santa de Oviedo.