En Brasil, las nuevas tendencias en el arte se manifestaron directamente a partir de la Semana de Arte Moderno de 1922.
Realizada en el Teatro Municipal de São Paulo, la Semana de Arte Moderno fue un gran evento que catalizó toda esta efervescencia cultural que atravesaba Europa.
En este evento participaron los más diversos géneros artísticos, como escritores, artistas plásticos, músicos y poetas.
Si en Europa el Modernismo se encargó de cambiar el rumbo del arte clásico y cuestionar a la sociedad, aquí no fue diferente, ya que, hasta ahora, nuestro país seguía inmerso en el periodo Neoclásico, muy centrado en representaciones idealizadas de la realidad.
Sobre todo, el Arte Moderno en Brasil proponía la ruptura con cualquier academicismo artístico y, principalmente, la valoración de la identidad nacional desde sus raíces.
Así, las tradiciones, creencias, costumbres y folklore de Brasil comenzaron a ser valorados en esta nueva forma de concebir el arte.