A principios del siglo XX hubo muchas vanguardias artísticas, y cada vanguardia tenía unas características estéticas específicas, como el cubismo, por ejemplo. En el caso del arte naif, se diferencia porque no es algo planeado por un grupo de artistas o intelectuales, y por tanto no tiene características estéticas comunes o específicas (FINKELSTEIN, 2001). En Brasil, uno de los artistas naif de mayor renombre internacional fue Chico da Silva (1910-1985), de Acre.
Incluso recibió una mención honorífica en la 33 Bienal de Venecia, en Italia, en 1966. Otro gran destaque fue Heitor dos Prazeres (1898–1966), de Río de Janeiro, quien participó en la primera Bienal Internacional de São Paulo, donde ganó una de los premios (ARDIES, 1998).
La exposición más tradicional e importante de arte naif brasileño es la Bienal Naifs do Brasil, realizada por el Servicio Social del Comercio – SESC de Piracicaba, seleccionando a los participantes a través de una convocatoria, siendo la selección más competitiva de Brasil.
La demanda de eventos de arte naif es grande, lo que ha impulsado la creación de más eventos recientemente, como: la Bienal Internacional de Arte Naif Totem Cor-Ação – BINAIF en Socorro/SP; la Exposición Nacional de Arte Naif del Estado de São Paulo; el Festival Internacional de Arte Naif – FIAN en Guarabira/PB; la Exposición Naif Pequeños Formatos en Paraty/RJ; la Exposición Nacional de Artistas Naif del Centro-Oeste – ENANCO en Goiânia/GO; y la Exposición Internacional de Arte Naif “Universo da Alma Ingênua” en Santa Teresa/ES. Por eso, en Brasil el arte naif está en expansión, cada año crece el número de artistas y la demanda genera más oferta de eventos, además del interés de coleccionistas y galerías.