Primeras exposiciones de arte en Chile

Primeras exposiciones de arte en Chile

En los tiempos de la Colonia, los artistas visuales chilenos tuvieron escasa presencia en la escena cultural, principalmente porque las pocas obras que circularon en conventos y templos fueron encargadas al extranjero, a talleres de Cuzco, Alto Perú (Bolivia) o Quito...
La modesta vida del Arte en Chile no nos acobarda ni nos desalienta;
nuestra patria, en su breve período de libertad y autonomía,
ha recorrido ya esforzadas y brillantes etapas"

En los tiempos de la Colonia, los artistas visuales chilenos tuvieron escasa presencia en la escena cultural, principalmente porque las pocas obras que circularon en conventos y templos fueron encargadas al extranjero, a talleres de Cuzco, Alto Perú (Bolivia) o Quito. De este modo, no llegó a conformarse un arte nacional y por lo mismo fueron inexistentes los espacios de difusión y exhibición.

Recién en el siglo XIX, en un contexto de auspicioso crecimiento económico, las artes visuales tuvieron un mayor protagonismo. La constitución de un arte chileno fue, durante las primeras décadas, consecuencia, entre otros factores, del intercambio cultural con Europa, de la importación del modelo de enseñanza francés e italiano y de la llegada a Chile de connotados artistas extranjeros, como es el caso de José Gil de Castro, llegado a Chile en 1810, y de Raymond Monvoisin, responsable de las primeras exposiciones de arte organizadas en Chile.

También fue de importancia en este proceso, la intervención del gobierno, que determinó la implantación de una serie de iniciativas, entre las que destacan, la fundación de la primera Academia de Pintura en 1849; la entrega de becas a pintores y escultores para que viajaran a Europa a perfeccionarse; la creación de la Academia de Escultura en 1854, y la organización de las primeras exposiciones e internacionales, entre las que se cuenta el primer Salón Oficial de 1887.

Fue el éxito de las exhibiciones realizadas hasta ese momento, lo que motivó al pintor Pedro Lira a buscar formas de financiamiento para la construcción de un palacio dedicado exclusivamente y de forma permanente a las muestras de pintura y escultura. Finalmente, en 1885, fue inaugurado el Partenón de la Quinta Normal, edificado gracias a los esfuerzos de Lira y al apoyo de la Unión Artística, entidad privada sin fines de lucro.

Los primeros eventos realizados dentro del marco de los "salones oficiales" recibieron distintos nombres en sus años de desarrollo. Del mismo modo, sus reglamentos y pautas de selección fueron variando de una realización a otra, no obstante, permitieron la consolidación y expansión de las artes. Hacia 1900 se fundó el Salón Nacional que, basándose en el reglamento de los Salones Oficiales, incorporó sus propias pautas de selección de obras y entrega de premios. Asimismo, se desarrollaron otros eventos de importancia, como es el caso de los certámenes Edwards, Blanco, Maturana y muchos otros que entregaban reconocimientos a los artistas según pautas propias.

En forma paralela a los salones oficiales, la Sociedad Nacional de Bellas Artes de 1918 desarrolló sus propios certámenes, que se desarrollaron en varias ocasiones en el Museo Nacional de Bellas Artes, inaugurado en septiembre de 1910 con una gran exposición internacional.

Vital importancia tuvieron en el desarrollo de la escena de las exposiciones de arte en Chile las revistas de la época, como Selecta, Pacífico Magazine, Zig-Zag, Artes y Letras y Los Diez, las que a través de su página difundían y comentaban los logros, aciertos y desaciertos de los artistas nacionales en dichos eventos.

Cabe destacar que un nuevo espacio surgió en el escenario artístico local, debido a que, en opinión de algunos artistas, los criterios estéticos de los Salones Oficiales estuvieron más cercanos al modelo europeo del siglo XIX. Fue así como muchos artistas se independizaron, publicando en 1931 un "Manifiesto" con motivo de la realización del Salón de los Independientes.

Las exposiciones anuales o salones oficiales comenzados formalmente en 1887 y que estuvieron a cargo de una Comisión de Bellas Artes por más de cuarenta años, fueron organizados por primera vez por el Departamento de Extensión Cultural y Artística de la Universidad de Chile, en 1930. En 1931 el evento no se realizó, pero se reiniciaron nuevamente en 1932, bajo la organización de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile, que realizó modificaciones al reglamento.
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