La expansión de la fotografía

La expansión de la fotografía

La fotografía fue reconocida por primera vez en revistas y periódicos como una forma creativa de expresión en los Estados Unidos a finales del siglo XIX. Por lo tanto, este medio, que era nuevo y muy moderno en ese momento, fue explorado por los fotógrafos y desarrollado como una nueva forma de arte. Los fotógrafos estadounidenses Alfred Stieglitz (1864-1946) y Edward Steichen (1879-1973) son considerados los pioneros que establecieron la fotografía como arte fotográfico en museos y galerías, siendo reconocida como una forma de arte. Por ejemplo, en 1905, Alfred Stieglitz fundó en Nueva York la galería “291”, que exhibía exclusivamente arte de vanguardia en forma de fotografías, pinturas y esculturas.

Con el foco puesto en todo lo moderno posterior a 1920, el espíritu de la época se transformó en imágenes reproducidas con gran nitidez. Por ejemplo, se dejó atrás el período borroso de pinturas y fotos borrosas de la fotografía temprana y la tendencia giró hacia la fotografía de paisajes (como la de Edward Weston, Ansel Adams, etc.). Formas de arte como el cubismo influyeron enormemente en la fotografía y fueron continuadas por personas como Bernd y Hilla Becher.

La fotografía salió de los estudios de retratos y se expandió a entornos al aire libre, transformándose en fotografía de paisajes y arquitectura. Sin embargo, los ámbitos de aplicación más importantes en aquella época eran la fotografía de moda y el fotoperiodismo. Los espectadores de las fotografías vieron en estos nuevos reflejos claros y objetivos de la realidad una forma agradable de documentación en revistas y periódicos.

Como consecuencia de ello, algunos fotógrafos comenzaron a utilizar la fotografía con fines que iban más allá del simple reportaje y la documentación. Se ha llegado a entender cada vez más como un instrumento visual de expresión. Sin embargo, pasarían varias décadas para que la fotografía recibiera el reconocimiento como forma de arte que merecía. A partir de 1930, después de estudiar pintura, el pionero francés Henri Cartier-Bresson se dedicó a la fotografía. Como era habitual en la época, comenzó su carrera informando sobre numerosos viajes.

Por eso, como muchos fotógrafos, se centró en la composición de imagen más perfecta posible. Se sabe que Cartier Bresson siempre aprovechó el formato negativo completo y minimizó la pérdida de calidad asociada. Su cámara Leica siempre se utilizó con el objetivo estándar de 50 mm. En 1947, Cartier Bresson presentó al Museo de Arte Moderno de Nueva York una gran retrospectiva de su propia obra.
Modernidad

No es sólo este hito en la fotografía lo que puede considerarse arte. La era moderna valora significativamente las fotografías de esa época. Por lo tanto, los negativos bien archivados de los maestros fotógrafos anteriores no son accesibles al público, y las obras disponibles en el mercado son raras y caras.

Sin embargo, con todas las posibilidades que ofrece la fotografía digital actual, incluido el procesamiento de imágenes digitales, existen muchas más oportunidades para la participación creativa en el campo de la fotografía. El término “arte” por sí solo les da a los fotógrafos actuales todo el espacio que necesitan, incluso para vender sus fotos. Si nos fijamos, por ejemplo, en la famosa Escuela de Fotografía de Düsseldorf, podemos ver que la nueva objetividad plasmada por Becher puede verse mejorada por el arte actual del procesamiento digital de imágenes.

Sin embargo, el punto principal de discusión es qué está permitido y qué no. Los tradicionalistas ven un peligro en el procesamiento digital de obras de arte perfectamente elaboradas y hechas a mano, al menos en la medida en que va más allá del alcance del desarrollo de la imagen digital. Los vanguardistas actuales trabajan sin restricciones y combinan todas las posibilidades creativas y técnicas de la fotografía a su disposición, produciendo a menudo resultados que tienen poco o nada en común con la objetividad o la realidad.
Conclusión

Muchos espectadores del arte fotográfico actual simplemente dicen: "¡Yo podría haber hecho eso!". Desde un punto de vista objetivo, ésta es una afirmación muy vaga. Porque hoy en día, como no se requieren habilidades manuales para crear una imagen, cualquiera puede crear una obra de arte.

¿Dónde está la clave del éxito ahora? El verdadero arte es el que convence al público de que una imagen es una obra de arte. En este sentido, ser un fotógrafo formado no es garantía de éxito, requiere una red en la escena artística y curadores que puedan llamar a alguien “artista”. Por supuesto, esto también determina la demanda.

Desde principios del siglo XIX, la fotografía se ha convertido en una forma de arte reconocida. En base a esto, la frase “el arte nace de la habilidad” es de suma importancia a la hora de pensar en lo que contiene. Por tanto, la fotografía puede considerarse arte cuando se utiliza como medio de expresión creativa y transmite un mensaje, provocando pensamientos y emociones.
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