El arte moderno y el arte contemporáneo son dos cosas muy distintas. Si queremos dar un salto un el mundo del arte, es indispensable saber diferenciarlos.
No hay nada menos imaginativo que introducir un texto citando el diccionario, pero en este caso, es oportuno comenzar por definir las dos palabras clave de este artículo. Lo moderno es aquello “que pertenece al presente, al tiempo actual” y por contemporáneo hacemos referencia a algo que “existe al mismo tiempo que otra cosa, que pertenece a la misma época de ella”. Son dos adjetivos que se asemejan mucho en significado y, por ende, al hablar los utilizamos de forma similar para describir algo nuevo, actual, o que está en tendencia.
A diferencia de lo que ocurre en el diccionario, si se trata de catalogaciones artísticas, hay una marcada diferencia entre el arte moderno y el arte contemporáneo. Un contraste que, si queremos dar un salto un el mundo del arte, es indispensable reconocer. No te preocupes, esta no es una tarea tergiversada propia de la subjetividad artística, lo cierto es que identificar las diferencias entre el arte moderno y el contemporáneo es muy sencillo. ¡Vamos allá!
ARTE MODERNO
Por moderno nos referimos al arte creado a finales del siglo XIX y hasta las primeras décadas del XX. Todo comenzó en 1872, cuando a Claude Monet se le ocurrió usar pinceladas cortas, dinámicas y un tanto borrosas para llevar al lienzo su Impresión, sol naciente, la primera obra impresionista de la historia.
El movimiento impresionista buscaba revolucionar la forma de hacer arte y de plasmar la realidad; estos artistas dejaron de preocuparse por ocultar la pincelada y comenzaron a prestarle atención a otros detalles, como la luz y el color. Así, los brochazos, a veces toscos y dispares, se diluyen en un todo que se asemeja a la impresión visual que permanece en la memoria. El impresionismo fue revolucionario (y muy criticado) porque mostró una nueva forma de representar la realidad.
Los impresionistas fueron los pioneros del arte moderno, porque desafiaron las tradiciones académicas, liberando al arte de principios clásicos y allanando el camino para artistas posteriores. Surgieron después nuevas tendencias artísticas, movimientos pictóricos, como el fovismo, el cubismo, el expresionismo o el futurismo. El arte abrió las puertas a la experimentación, y los artistas comenzaron a explorar temas como la abstracción, la geometría, el mundo de los sueños, el inconsciente, el simbolismo, entre muchos otros.
Nos encontramos ante una nueva manera de abordar la creación artística: el objetivo del arte ya no se sitúa en la necesidad de imitar la realidad.
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