Como ya sabemos, el proceso de fabricación de la cerámica utiliza arcilla, que se obtiene a partir de arcilla tamizada a la que se le añade agua. Para obtener el mejor resultado es necesario dejar reposar la mezcla hasta que el agua se haya evaporado o haya sido evacuada. Luego se moldea la pasta resultante. De allí se extraen los cilindros de arcilla, con los que el alfarero puede empezar a trabajar.
Existen diferentes métodos para elaborar la cerámica, dependiendo del uso que se le dará más adelante. Aun así, conozcamos ahora el proceso más destacable en este campo: el uso del torno alfarero. Estos son los pasos:
El torno de alfarero se utiliza desde hace muchos años para dar forma a la arcilla en este proceso. Para ello, el alfarero coloca la bola de arcilla en el centro del torno de alfarero. Esta máquina comienza a girar guiando la arcilla hacia el exterior. Las manos se colocan en la arcilla y comienzan a moldearla lentamente hasta darle la forma deseada.
Cuando se ha conseguido la forma deseada, esta técnica requiere que la pieza se seque. Luego el objeto pasa por el proceso de cocción hasta que adquiere su consistencia cerámica.
Cuando la pieza se saca del horno, la cerámica se cubre con vidriado cerámico, lo que le da un brillo brillante. En esta etapa, existe una gran variedad de esmaltes de uñas que se pueden utilizar, para que pueda comenzar el proceso creativo.
Al finalizar la decoración se vuelve a meter la pieza al horno. Para este paso hay que tener cuidado ya que la pintura se puede desprender fácilmente.