Cuando miramos a nuestro alrededor notamos que estamos rodeados de una serie de objetos, ya sea en casa, en el trabajo, en la calle, en el aula, en los más diversos lugares. Si revisamos estos objetos, notaremos que todos fueron hechos con un único propósito: hacer la vida del hombre más fácil.
Esta capacidad de crear instrumentos y mejorarlos fue lo que garantizó al hombre su permanencia sobre la faz de la tierra y su poder para dominar y transformar la naturaleza.
De hecho, es esta fuerza creativa la que diferencia al hombre de otros animales existentes. Todos los demás animales se alimentan solos, pero sólo el hombre cultiva sus propios alimentos, los cocina, inventa cuchillos, tenedores y cucharas para facilitar su consumo. Todos los animales necesitan agua, pero sólo el hombre la almacena, la trata, inventa tazas, botellas y ollas para almacenarla mejor. En definitiva, sólo el hombre es creativo, inventivo e imaginativo.
Debes preguntarte qué tiene que ver el arte con esto. Bueno, lo digo todo. El hombre es también el único animal capaz de expresarse a través del arte. Sólo el hombre hace arte.
Gracias a su capacidad de imaginar, el hombre puede abstraer intelectualmente todo lo que le rodea, crear sus propios conceptos sobre ese todo (aunque sea en partes) y materializarlo, expresándolo a partir de sus propias emociones y sensaciones, del mismo modo que su creatividad e inventiva te permiten hacer.
El arte es una construcción simbólica de todo lo que el hombre es capaz de abstraer y expresar intelectualmente a través de su creatividad e inventiva. Por tanto, todo lo que nos rodea es arte.