Ilustración de Edel Rodríguez de Trump

El mundo está en llamas: Edel Rodríguez resalta lo absurdo en lo político

En todo el mundo, nuestra situación política se siente cada vez más ridícula. Las ilustraciones de Edel Rodríguez llevan este absurdo al primer plano visual en sus portadas para la revista TIME. Palabras de Hannah Valentine

En el mundo del arte, el presidente estadounidense Donald Trump está pasando por un momento. Como segmento de la sociedad tradicionalmente liberal y antisistema, podría resultar desconcertante pensar que el político republicano esté provocando una gran productividad artística. Sin embargo, no son sólo los artistas simpatizantes de la derecha como Jon McNaughton quienes han encontrado inspiración en Trump, y muchas representaciones de él están lejos de ser halagadoras o conciliadoras.

En particular, el ilustrador Edel Rodríguez se hizo famoso por sus ilustraciones de Trump para revistas como TIME y Der Spiegl de Alemania. Nacido en Cuba en 1971, Rodríguez emigró a Estados Unidos como refugiado político a la edad de nueve años, uno de los alrededor de 125.000 cubanos que huyeron de un país bajo la dictadura de Fidel Castro. Sus antecedentes han dejado muchas de las disputas políticas en el centro de la presidencia de Trump cerca del corazón de Rodríguez.

Edel Rodríguez para la revista TIME, 2016
Rodríguez ha sido ilustrador de la revista TIME desde 1994, cuando fue nombrado director de arte de la revista. Sin embargo, fue su ilustración para la edición Meltdown de TIME en agosto de 2016 la que realmente enloqueció al público. A esto le siguió su portada para la publicación de octubre del mismo año; un número titulado Total Meltdown. Si bien estos dos temas se centraron en la sugerencia de que la campaña presidencial del magnate de los medios estaba sumida en un caos ridículo, Trump logró ganar las elecciones en noviembre de 2016.

Es este absurdo lo que capturan las ilustraciones de Rodríguez; que un político cuya retórica giraba en torno a su propia insistencia en que no era un político de verdad; un hombre que dijera que podía caminar por la calle y dispararle a alguien y aun así no perder ningún apoyo, podría ser elegido presidente de uno de los países más poderosos del mundo.

“Las portadas tienen una claridad y vitalidad que no dejan lugar a la ambigüedad. Se destacan, audaces y claros, y representan para nosotros una situación política que no podemos ignorar”.
El ilustrador ha dicho que no se propone crear controversia; como señala, la gente se sentirá ofendida por las cosas más extrañas, pero, a la inversa, no se enojará por las cosas que realmente importan. Y, sin embargo, cuando llega la controversia, la acoge con agrado porque demuestra que ha encontrado algo sobre lo que vale la pena conversar. El arte tiene una forma única de provocar una conversación, de reducir una historia complicada o una situación política a una única verdad comprensible. Realizadas con una combinación de pintura y técnicas digitales, la simplicidad de las imágenes de Rodríguez (se inspira en los atrevidos colores en bloque y las líneas marcadas del arte pop) ha influido en muchos, y sus ilustraciones han aparecido en carteles en protestas en todo el mundo.

Las portadas tienen una claridad y vitalidad que no dejan lugar a la ambigüedad. Se destacan, audaces y crudos, y representan para nosotros una situación política que no podemos ignorar, con la esperanza de que desaparezca. A pesar de que el único rasgo facial distinguible de esta figura de dibujos animados es su boca, los toques del característico naranja wotsit y amarillo rubio blanqueador de Trump hacen que la identidad de la figura sea inconfundible. Por supuesto, es significativo que su rostro sea solo una boca con un toque de color naranja. La suya es una boca que nunca calla; que arroja mensajes de intolerancia y privilegios, con la seguridad de que nadie podrá silenciarlo. Las imágenes son absurdas, pero también lo es nuestra situación política colectiva.

Edel Rodríguez, para la revista TIME, 2016
Los elementos ilustrativos y el estilo de las imágenes de Rodríguez parecen enfatizar que la cuestión fundamental en la raíz de nuestro absurdo político sigue vigente e inmutable. Sus imágenes están en todas partes y su ubicuidad nos obliga a reconocer que, si bien Trump es un fenómeno estadounidense, su alcance se extiende más allá de las fronteras de Estados Unidos. Además, es parte de algo más grande, y la posición política que representa amenaza y resuena en todo el mundo.

Cuando Trump visitó el Reino Unido en junio de 2019, la agencia de publicidad Wieden and Kennedy organizó una exposición en Hanbury Street de Londres. Con las portadas de TIME de Rodríguez, junto con ilustraciones más específicas del Reino Unido, como su Brexit is Toxic, la exposición se tituló Hell is Vacuum. El título hace referencia a una línea de La tempestad de Shakespeare; "El infierno está vacío y todos los demonios están aquí." Una imagen ciertamente desconcertante, pero en la raíz de las ilustraciones de Rodríguez hay una afirmación implorante de que no debemos permitir que los demonios hagan del infierno nuestra nueva normalidad.